miércoles, 30 de septiembre de 2009

Hiroshima

Viernes, 03-04-2009

Tras 1:40 de viaje, llegamos a la estación de Hiroshima. Siguiendo las rigurosas instrucciones de nuestro hostal, el K's House Hiroshima, llegamos sin problemas en cinco minutos, hicimos el registro y dejamos allí las mochilas. Conseguimos un mapa y nos fuimos andando hasta la zona del Parque Memorial de la Paz.
En este parque se encuentran una serie de monumentos y recuerdos de aquel 6 de Agosto de 1945 en que el bombardero Enola Gay lanzó la bomba Little Boy sobre Hiroshima. No voy a relatar la historia porque se puede encontrar en muchos sitios, pero pondré un enlace a la wikipedia para quien esté interesado. Se puede encontrar en Internet muchísima información al respecto.
A los supervivientes del bombardeo se los llama Hibakusha, que significa "persona bombardeada". Oficialmente hay unos 360000 Hibakushas, entre los que merece una mención especial Tsutomu Yamaguchi, que estaba en Hiroshima el día 6 y en Nagasaki el 9, sobreviviendo a las dos explosiones. No tengo muy claro si es la persona con más o con menos suerte en el mundo.
Volvamos al tema que tenemos entre manos, que es el viaje. Recorrimos los puntos más importantes del parque, que son:
- Gembaku domu o Cúpula de la Bomba Atómica: En su momento fue el Pabellón de Fomento de la Industria de la ciudad. Se trata de una de los pocos edificios que quedó en pie tras la explosión, pese a estar a menos de doscientos metros de la zona de la explosión. Se ha mantenido como símbolo de la paz.



- Monumento infantil de la paz: Una estatua de una niña con una grulla de papel entre las manos. La niña se llamaba Sadako Sasaki, y padecía leucemia a consecuencia de la radiación. Hay una leyenda japonesa que dice que quien haga mil grullas de papel, conseguirá lo que quiera. Evidentemente lo que ella quería era vivir, así que se puso manos a la obra... pero no lo consiguió, falleciendo cuando llevaba 644.



- Túmulo conmemorativo: un montículo en el que están las cenizas de muchos miles de cadáveres sin identificar.
- Cenotafio a las víctimas coreanas: dedicado a los 20000 coreanos que murieron como consecuencia de la guerra. Casi todos eran prisioneros de guerra.
- Cenotafio memorial: en él están los nombres de todos los fallecidos por la bomba.
- La llama de la paz: Dicen que no se apagará mientras queden armas nucleares en la Tierra.



- Campana de la paz.
- Árboles del Fénix: Pese a estar cerca de la zona de explosión, no sólo sobrevivieron sino que continuaron creciendo, floreciendo unos meses después.
- Museo conmemorativo de la paz: estremecedor museo dedicado a lo que sucedió el día de la explosión. Bajo mi punto de vista excesivamente dramático, aunque merece la pena. Cuesta sólo 50 yenes, y por 250 más te dejan la audioguía, lo que resulta bastante interesante. Se pueden ver imágenes de Hiroshima antes y después de la bomba, juguetes chamuscados de niños vaporizados, pelos, uñas y relojes parados a la hora de la explosión. Todo esto, aderezado con testimonios de supervivientes.











Después de ver tantas calamidades, tocaba ir a la parte más bonita: La isla de Miyajima. Era la una de la tarde y queríamos estar en la isla para las 14:48, que era la hora de la marea alta. Antes de ir, comimos en uno de los restaurantes que nos encontramos en unas galerías comerciales.
En Japón, al entrar a un restaurante siempre te reciben con una frase de bienvenida: "irashaimaseeeee!!!". Esta frase la dicen uno tras otro todos los empleados del restaurante, incluso los que no te ven. Cuando te vas, el espectáculo se repite, con la frase: "arigato gozaimasu!!!" ("muchas gracias").
Fue en este restaurante donde grabé el vídeo del espectáculo de la salida:



Con el estómago lleno, preguntamos en un punto de información como llegar a Miyajima. Hay varias formas, pero teniendo el JR Pass, la más barata es: Tranvía hasta alguna estación de JR (150 yenes), tren JR hasta Miyajumaguchi (gratis con el JR Pass), y allí, barco hasta la isla (gratis nuevamente). En total, algo menos de una hora de trayecto.



Finalmente, llegamos justo con la marea alta. El hecho de ir a Miyajima con la pleamar no es por gusto, sino para poder ver y fotografiar en las mejores condiciones el símbolo de Miyajima: El Torii Foltante, que marca la entrada al santuario sintoista de Itsukushima. No es que el Torii flote realmente, ya que está anclado al suelo, pero cuando la marea está alta da esa impresión. Con la marea baja, está en medio de un barrizal. Las mareas se pueden consultar en este enlace.





Estuvimos hasta las cinco de la tarde visitando tanto el santuario de Itsukushima como otros santuarios.





Tras esto, volvimos a Hiroshima desandando el camino andado (barco, tren y tranvía). Fuimos a nuestro hostal, e hicimos el check-in, ya que teníamos nuestras mochilas tiradas en recepción desde que llegamos por la mañana. Aprovechando que había un ordenador libre en el hostal, miramos nuestros correos y el tiempo previsto para el día siguiente, que por desgracia era de lluvia. Como no teníamos cerrado el billete de tren, buscamos en Hyperdia un tren a Osaka que además de ser rápido, tuviera parada en Himeji. De esta forma, si al pasar por Himeji no llovía nos bajaríamos, y de lo contrario seguiríamos hasta Osaka. Estas premisas las cumplía el Shinkansen Hikari de las 7:14, que cubre el trayecto de 350 kilómetros de una hora y cuarenta minutos, y tiene parada en Himeji.
Nos dirigimos a las taquillas de la estación a reservar el tren para el día siguiente, pero al haber demasiada gente desistimos y decidimos ir sin reserva.
Para cenar, nos dejamos aconsejar en el hostal y fuimos a un restaurante de sushi en un centro comercial cercano, donde nos pusimos finos de sushi.
Tras la cena, volvimos al hostal parando antes a comprar algo para desayunar al día siguiente, y nos acostamos pronto.


Sábado, 04-04-2009

Nos levantamos prontito, recogimos los bártulos y nos dirigimos andando bajo la lluvia hasta la estación de Hiroshima. La predicción meteorológica había sido acertada, así que pensamos que quizás habría que saltarse Himeji y dejarlo para el día siguiente. Subimos al puntualísimo tren de las 7:14, donde encontramos sitio sin problema.

No hay comentarios: