jueves, 18 de junio de 2009

Inari, Nara y nos despedimos de Kyoto

Jueves, 02-04-2009

Hoy tocaba el santuario de Fushimi Inari y después, la ciudad de Nara.
Salimos del hostal y nos metimos en el primer bus hacia la estación de trenes. Allí compramos algunas cosas para desayunar en el tren, y buscamos el andén de donde salían los trenes a Inari. Subimos a la carrera en el primer tren y en unos minutos llegamos. Nada más salir de la estación, como no sabíamos hacia donde ir, seguimos a unos turistas. Mala elección. Ellos tampoco tenían ni idea, así que dimos una buena vuelta para llegar finalmente al santuario.
Fushimi Inari es un santuario sintoísta situado a las afueras de Kyoto. Lo más característico son los miles de Toriis rojos que delimitan el largo camino hasta el santuario.
Estuvimos paseando un buen rato entre toriis rojos y subiendo un buen número de escaleras hasta que decidimos que ya habíamos tenido bastante, y que era el momento de volver a la estación para ir a Nara. Volvimos a la entrada y, tras andar unos metros, nos dimos cuenta de que la estación estaba ahí mismo, a escasos metros. El paseo que nos habíamos dado al llegar nos lo habríamos ahorrado si hubiéramos ido a la izquierda en vez de a la derecha al salir de la estación.





Subimos en el primer tren hacia Nara. El problema era que en Inari sólo pueden coger trenes lentos, que paran en todas las estaciones, y desde Kyoto se podría coger un tren que llegue a Nara haciendo sólo cuatro paradas. Consideramos más apropiado coger el lento que volver a Kyoto... y nos equivocamos, ya que paraba durante unos cinco minutos en cada estación. Tras mirar a conciencia los mapas de trenes que había por el vagón, decidimos bajar en una estación que parecía ser común a los trenes rápidos y lentos... y esta vez no nos equivocamos, así que en diez minutos estábamos a bordo de uno de los trenes rápidos que nos llevaría hasta Nara, donde llegamos a las once de la mañana.



En la estación conseguimos un mapa y nos dirigimos andando hacia el parque, donde están casi todos los puntos de interés, y todos los que íbamos a ver nosotros en nuestra rápida visita. El punto principal es el Templo de Todaiji, que alberga al Buda de mayor tamaño de Japón. Mide nada menos que quince metros, con un inmenso cabezón de cinco metros (no es que sea un personaje de Maniac Mansion, es que está sentado).





En el interior del templo hay una columna con un agujero en su parte inferior. Según alguna leyenda, que el que pasa por el agujero será muy afortunado... en su próxima vida.



Además, el parque está habitado por muchos ciervos que se alimentan de lo que les dan los turistas... o de lo que les quitan. Nada está a salvo de ellos.





Después de ver lo principal de Nara, volvimos en tren a Kyoto y tomamos una cerveza en el bar del hostal. Se me olvidaba explicar por qué tomábamos las cervezas en el hostal. Pues resulta que al hacer el check-in, nos dieron a cada uno un vale por 300 yenes en bebidas por cada noche de estancia, así que había que gastarlos.
Como ya echábamos de menos el pescado crudo y la salsa de soja, preguntamos en el hostal por un restaurante de sushi y nos indicaron como llegar a uno. Fuimos en bus y, como era costumbre, comimos sushi hasta hartarnos. Descubrimos una curiosa manera de pedir sushi si quieres algo que no aparece en la cinta:




Después de la cena, dimos una vuelta por el distrito de Pontocho y nos fuimos a dormir.


Viernes, 03-04-2009

Madrugamos de nuevo, recogimos los bártulos, devolvimos la llave y fuimos en taxi a la estación, donde cogeríamos a las 7:14 el tren que nos llevaría a Hiroshima.

1 comentario:

Enrique dijo...

jajajajaja... me acabo de dar cuenta de que un retrasado mental había publicado aquí un comentario expresando que no le gusta el blog de forma poco amable.
jajaja... hay que ver lo que se aburre la gente.